miércoles, 2 de marzo de 2011

¿Te imaginas la vida sin él? Inici I


El capítulo más largo de su vida estaba a punto de comenzar. Joana tenía 26 años, era una mujer independiente. Compartía un piso de alquiler en el ensanche con unas amigas, en una finca modernista con las vidrieras de colores y los suelos de mosaico.

Trabajaba de lo que le gustaba, al mismo tiempo estudiaba, siempre había sido una mujer inquieta intelectualmente y no le gustaba quedarse estancada.

Su vida social era intensa y diversa. Se movía entre museos, viajes, deportes de aventura y cenas tertulia con amigos.

Había tenido algunas parejas estables, pero últimamente era ella quien decidía acabar, pensaba que no tenía ningún sentido alargar una relación en la que no veía ningún futuro.

Una noche del viernes, su amiga Marta y ella decidieron salir a tomar algo. Pero se les ocurrió hacer algo original, ir a un Bingo. De camino, Joana se encontró un viejo amigo de cuando ella era voluntaria en una ONG. El amigo las invitó a la fiesta de fin de carrera que hacían los universitarios de Ingeniería. Cuando llegaron al local, su amigo los presentó diferentes personas. Estuvo hablando un rato con uno y otro, y cuando sonó "Every breath you take", se vio bailando con David.

A partir de esa noche, se volvieron inseparables. Él tenía todo lo que ella creía que buscaba y le atraía de un hombre. Era bondadoso, culto, divertido. Tenían muchas cosas en común y sobre todo, ella (creyó) se sintió querida.

Al cabo de nueve meses, decidieron ir a vivir juntos, pero primero se casaron (lo hicieron más bien para complacer a sus respectivas familias, más que por convicción propia).

Hasta aquí, todo hace pensar en una historia romántica con un final feliz, pero este relato justo acaba de empezar.

2 comentarios:

Igor dijo...

Pues venga, que mañana es jueves y pasado viernes.
Vale. Pórtico, una relación más o menos feliz y una vida tan común como la de cualquiera de nosotros.
Y ahora...

Soldorient dijo...

Jaja, voy!!!! pero espero que lo que viene ahora no se parezca nada a la vida de cualquiera, al menos a la de la mayoría. Sino me quedo sin sueños. :)